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COSTA RICA:


Boleto cafetalero.


J&S (Joy & Schroeter).

Establecimiento "La Laguna", en Desamparados.


1/4 de Cajuela.


18,00 mm; 2,10 g.


Con contramarca punzonada R SH en reverso.


Los boletos cafetaleros (“fichas del café”) fueron una especie de moneda privada con la que se le pagaba a los trabajadores que efectuaban la recogida del café dentro de fincas o haciendas en Costa Rica, Colombia y otros países de américa. Los trabajadores, a su vez, los cambiaban en los comercios del pueblo. Su uso como medio de pago está atestiguado desde mediados del siglo XIX. Los caficultuores más pudientes, mandaban a fabricar estos tokens a Europa o EE.UU.


Muchas veces, la capacidad de “pago” de estas fichas estaba restringida solamente a establecimientos que eran propiedad de los dueños de las fincas, vendiendo muchas veces los productos de primera necesidad a precios exorbitantes.


Por esta razón, los patrones obtenían una doble ganancia: por un lado, no utilizaban el dinero, el cual podía ser invertido en bienes de capital y producción. Por otro lado, lucraba con la venta de la mercadería a los trabajadores agrícolas. En cierta forma, era una forma de autofinanciamiento.

Costa Rica - Boleto cafetalero - La Laguna (Desamparados)

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Boleto cafetalero.


J&S (Joy & Schroeter).

Establecimiento "La Laguna", en Desamparados.


1/4 de Cajuela.


18,00 mm; 2,10 g.


Con contramarca punzonada R SH en reverso.


Los boletos cafetaleros (“fichas del café”) fueron una especie de moneda privada con la que se le pagaba a los trabajadores que efectuaban la recogida del café dentro de fincas o haciendas en Costa Rica, Colombia y otros países de américa. Los trabajadores, a su vez, los cambiaban en los comercios del pueblo. Su uso como medio de pago está atestiguado desde mediados del siglo XIX. Los caficultuores más pudientes, mandaban a fabricar estos tokens a Europa o EE.UU.


Muchas veces, la capacidad de “pago” de estas fichas estaba restringida solamente a establecimientos que eran propiedad de los dueños de las fincas, vendiendo muchas veces los productos de primera necesidad a precios exorbitantes.


Por esta razón, los patrones obtenían una doble ganancia: por un lado, no utilizaban el dinero, el cual podía ser invertido en bienes de capital y producción. Por otro lado, lucraba con la venta de la mercadería a los trabajadores agrícolas. En cierta forma, era una forma de autofinanciamiento.

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